Llevaban todo el verano quedando. Él pasaba a recogerla con los otros. Uno más. Ella contaba que salía con los de siempre y así era, pero en el camino, se cambiaba de asiento, para estar cerca de él.
Llegaban a las fiestas de los pueblos de la mano, y bailaban, se abrazaban, se besaban, nunca pasaban de ahí, como críos jugando y aprendiendo a ser mayores.
Cuando el calor acabó, terminó todo. Cada uno a su ciudad, a sus rutinas, a sus estudios. Pensamientos de uno al otro, pero sólo eso. Lejano, añorado, terminado.
Como por casualidad, llegó de nuevo el verano. Se buscaron, queriendo saber el uno del otro, y se encontraron. El tiempo les cambió. Crecieron, maduraron. O eso creían. Sólo había pasado un año, sólo un año.
Intercambiaron sonrisas y saludos, y besos cariñosos. La pregunta bailaba en el aire, pero nadie se atrevía a formularla. Parecen libres, pero quizás, en aquella ciudad donde viven han dejado algún recuerdo del invierno.
Cómo si retomaran el último segundo de la ultima noche del verano anterior, todo fluyó sin pensar.
Pero algo había distinto. Las caricias mas intensas, los besos saboreados, deseo y necesidad de amarse, de ser del otro.
No lo prepararon, pero sí lo pensaron.
Esa noche, sola en casa. Luces suaves. Miradas repetidas al espejo, que le devuelven la imagen agitada de una niña.
Pone el disco que tanto le gusta, ese que habla de palabras que no se saben decir, porque no salen, porque no hacen falta, porque cuando hay amor y pasión, una mirada sostenida en sus ojos es suficiente para saber, para conocer, para intuir. Sobran argumentos. Sobran las palabras.
17 años de ternura, entregados en minutos. Nervios. Peleas contra uno mismo. Querer y no querer, y decidir. Aquello debería ser delicioso. Y mientras sonaba su canción, se dejo hacer. Participó. Le amó.
Nunca mas se volverían a ver, como si el destino hubiera jugado a su favor. Pero en su recuerdo adolescente siempre será él. Aquel al que se entrego sin reparo, sin medida, sin pensar, sin calibrar el daño o el placer. Él. El que la amó con dulzura y con premura, con agitación extrema. Su primer amor. Su primer…
Madre mía Mayte, es precioso, delicado, tierno, sensual, qué bonito es hablar sin decir nada, que momentos en que mirar a los ojos, fijarse en la boca, sentir su respiracion, sentir su calor, esos momentos en que sobran las palabras, me encanta, me requeteencanta, un abrazo inmenso y un beso larguísimo.
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Eres mi fan mas rápido. Sin duda. Como me dijiste una vez, historias con inicio y fin. Me alegro un montón que te haya gustado Emi. Besazo!!!
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El primer amor siempre es especial, feliz lunes
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De los que no se olvidan. Gracias Miguel.
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Guau!! Muy bella historia de amor y sentimientos (y genialmente expresada)
La de veces que se habrá repetido una historia así (a veces con final feliz, a veces no), pero lo que siempre quedarán son los recuerdos de una época, de una primera vez, de un amor…
Lástima!! lástima que los protagonistas no volviesen a verse después (me pongo en la piel de ella y no puedo evitar entristecerme).
Sigo pensando que tienes madera de escritora; deberías darle una vuelta a la posibilidad de escribir una novela (o un libro de relatos cortos).
Y de la canción… no digo nada… muy bien integrada en el relato (y viceversa)… son tal para cuál.
Besos!!
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Fer, te quiero mucho pero, tu estas fatal no??? Esto es todo lo que da de si mi cabecita. De momento me quedo como estoy; como mucho me arriesgo a plantar un árbol. Y no lo tengo tan claro. Y la canción, sugerencias de buenos amigos. Sugerencias que inspiran Gracias Fer.
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bonito relato, enternecedor :o)
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Gracias. me alegro que te haya gustado. Sigue por aquí, vale??
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sigo, sigo :o)
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Pasión.. sentimientos… miradas sostenidas… permanecen en la mente… pero con otras personas… otros momentos… otras canciones… otras manos… Me encanta!!!
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Canciones, momentos, veranos, miradas, cada uno tenemos las nuestras, nuestros recuerdos. Las historias se repiten aunque el guión cambie. Lo hacemos nuestro. Me alegro que te guste.
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La canción trae buenos recuerdos. ..
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Mi canción.
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Me encantaría tener un recuerdo así, vuelvo a mis 17 años y todo el amor que recuerdo no era amor, era rock’n’roll.
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El primer amor no tiene porque ser el primero, ni un amor adolescente. Hay amores a los 40 que se viven tan intensamente como si tuvieras 15. Busca en tu cabeza. Está. Gracias por estar.
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Mayte, que preciosa historia de amor, de un primer amor.
Se percibe la ternura, la sensibilidad, la inocencia de ese primer amor.
Que bello es el primer amor, ese amor de adolescencia, ese amor puro, que siempre ocupa un lugar en el corazón.
Te lo he dicho otras veces, es leerte y uno ve las imágenes, haces que la imaginación vuele, y hoy en concreto a recuerdos felices, a amores lejanos pero nunca olvidados.
Gracias Mayte, relato genial, me ha encantado, me ha emocionado.
Dos besazos.
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Sabes que tus comentarios siempre me hacen crecer. Bueno, a mi y a mi ego. Verás que al final me voy a poner estupenda y no es mi rollo.
Me encanta que te haya gustado, porque la huella que dejan esos amores, primeros, segundos, terceros, únicos, es imborrable.
Besos a pares Javier.
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AYYYYY!!!!!!Ese primer amor y esa primera vez, que nunca se olvida, quedando grabado a fuego en la piel y en el alma. Mayyyy, podrá con el tiempo ser mejor, más intenso, más pasional, pero aquello… aquello no volverá. MUASSS.
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Que me parece que te ha gustado la historia Cristina. Por eso las primeras veces son tan importantes, aunque hay segundos y terceros con unas primeras veces inolvidables.
Que cada dia sea Tu Primer. ReeMuaksssss
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