FINAL FELIZ

Yo a ti te escribiría un final feliz.

Un final que sea un principio. Que supieras continuar con las notas musicales de tu melodía escondida, de tu nostalgia olvidada, de tu pervivir conmigo.

Un final, como el de las historias infantiles, como el de los cuentos inventados, como el de las canciones por escribir.

Te escribiría el prólogo y el epílogo, el planteamiento, el nudo y el desenlace. Te escribiría como me gusta leer.

Te escribiría un final con fuegos articiales y alegres fiestas de campo. Y  barbacoas de amigos, y largas tardes de estío donde el sueño no te alcance.

Un final inolvidable. Por perfecto, por sabido, por esperado y amado.

Un final en el que no quepa duda, en el que no haya lugar a la improvisación, en el que los dos sepamos que es ahora y es por mi, y es por ti, y es por los dos.

Un final para disfrutar en su lectura, para descifrar entre renglones, y para cambiar si no me gusta.

Te escribiría, sin duda, para confortar tu sentimiento, para que apoyaras tu cabeza entre mi pecho, para entrelazar los dedos y apretarte hasta que duela.

Te rozaría la cara con mis letras, te contaría las palabras una a una, te versaría la prosa de mis sueños, te abrazaría con la caída de mis ojos, te arroparía con mi pelo enmarañado, te besaría con mi espalda contra ti.

Yo a ti te escribiría un final feliz, de esos que ya no se llevan. Envidia de finales tormentosos, y despedidas  y dramas con risas veladas, y ojos cerrados, y puños apretados, y labios ansiosos de besos de amores escondidos u olvidados.

Te escribiría un final feliz, el final feliz de ambos, el final feliz conmigo, el compartido, el deseado, el anhelado, el disfrutado.

Yo a ti te escribirá, el mejor final feliz.