COMENZAR

«Cuando pienso lo que me llevo perdiendo y lo que gano contigo, me conformo.

  

Y no soy de conformarme. No me gusta. No me adapto a lo conveniente. Me interesa lo prohibido, lo temido. Esos retos que la vida te plantea y que te hace decidir si eres capaz o incapaz. Como en una de mis pelis favoritas.

Y tú has hecho que me quiera más que antes, que me cuide, que me mime, que me arregle para mí. Siempre me quise. Seguro. Pero hay momentos en que no soy como quiero y me revelo.

Cuando conocí tus besos supe que ya no me iría de ahí. Que me apetecía tu gusto por la sal y por el mar. Que me alzabas en volandas por tu tiempo y me llevabas de la mano hacia otras costas. Compartidas. Lugares nuevos, que existían sin nosotros, pero que haremos nuevos cada vez que los vivamos.

Cuando llegaste hasta mí no imaginé un nuevo comienzo. Ni siquiera sé si quiero comenzar con algo nuevo, pero existes. Estás. Eres. Y parece que te gusto. Y tú me gustas.

Los finales no son gratos porque cierran capítulos incómodos, o porque dejas de vivir lo que te estaba gustando sólo a ti. Pero suponen comienzos infinitos. Cada día es ese día. Uno nuevo. No proyecto mas allá de mi presente. No me interesa. No quiero. Planear destinos nuevos sin saber, es perder el tiempo de disfrutarte a mi lado. Y no me apetece enredarme en pensamientos y deseos irrealizables. Prefiero disfrutar de lo que tengo y no mezclarme más que con tus besos y caricias.

Me gusta saber quién eres y ni siquiera te conozco aún. Pero lo haré y me reconforta el pensarlo. Las cosas no acaban cuando uno quiere, ni empiezan cuando uno quiere. Sólo es necesario creer. Sólo supone crecer. Sólo te quiero querer.

Lo bonito no son tus ojos, sino la forma en que me miras.»