AÑO UNO

Desde hace un año me siento delante de la pantalla en blanco de mi ordenador para sacar de adentro, de lo mas adentro, sentimientos, pensamientos e ideas.

Hace un año mi cerebro inconsciente tomó una decisión a la que titulé NUEVA ETAPA.

Y  no podía imaginar hasta qué punto efectivamente estaba emprendiendo una nueva etapa.

Iniciándome en esta aventura Bloguera que tanto me ha devuelto. E iniciándome en una nueva aventura de vida en la que me siento más cómoda, más libre, más yo, aunque ocasionalmente me produce más cansancio, más problemas, más responsabilidad. Más.

Sea como fuere, las decisiones que se toman hay que mantenerlas. Pero es igual de lícito, reformular, retractarse, volver al punto de partida, comenzar de nuevo, reinventar los temores, los amigos, los amores…

Hace un año publicaba mi primera entrada con la esperanza de que a alguien le gustara, y sois muchas y muchos los que os habéis pasado por aquí, los que me habéis arropado con vuestros comentarios, los que me habéis animado a seguir.

Unos llegaron, y se fueron. Otros llegaron y se quedaron. Otros siempre estuvieron. Y estoy segura de que otros vendrán y se irán, o se quedarán.

Para todas vosotras, para todos vosotros, mi más sincero agradecimiento, mi mejor sonrisa, mis ganas de seguir, y de seguir viéndonos cada lunes y cada jueves.

Y aunque a veces siento que ya no tengo nada que decir, siempre hay cosas que decir, porque siento que hablo algún tipo de idioma universal. El que todo el mundo entiende. El de los sentimientos. Buenos, malos, amables, desagradables, dulces y amargos.

Este espacio ya no me pertenece. Es vuestro. Y por eso me he inventado que quiero que estéis aquí, conmigo. Y que habléis a mi través, y que os inventéis historias, o que las contéis sin inventos, sin afiches, ni palabras grandes que se desinflan, que no hacen falta. Porque todas y todos tenemos cosas que decir. Todos y todas.

Por que en eso consiste seguir.

Comienza el Año Dos.

GRACIAS.