MOMENTOS

Todo merecerá la pena cuando te hayas ido.

Los momentos mas alegres y los tristes.
Los amaneceres en tus brazos y las noches agotados.

Comenzar el día contigo y terminarlo. Y volverlo a comenzar.
Los desayunos pausados y ese café mal tomado del final.

Madrugar y trasnochar. No tener horario. Y perder el tiempo. Y ganarlo.

Planear e improvisar.

El sueño, el descanso, las mañanas alargadas porque sí. No tener prisa por nada.

Lo que llega y ya se ha ido.

El olor que vas dejando tras de ti. Compartir intimidades. Crear nuevas reglas de juego. Y jugar…

Pisar hierba y lluvia. Quitarnos la arena de los pies. Mojarnos y resfriarnos juntos.

Las risas y hasta los llantos si los hay. La alegría de tenernos. La sensación de estar juntos. Las discusiones que no ves venir y que llegan como aguaceros de primavera arrasándolo todo. Y la calma y el perdón. Y el pensar que todo es bueno, demasiado bueno. Y preocuparme. Y pensar. Y no dejar de pensar…

Levantarme en plena noche y despedirte. Y saber que volverás.
Escuchar que me deseas tal cual soy y quererme, despeinada y sin pintar.

Huelo a ti y me quedo entumecida si te vas.
Te recuerdo en cada luz, en cada hueco.
Y conmigo todo el tiempo que no es mío.

Anhelo tus manos sobre mi cuerpo, tus caricias, tus susurros, tus te quiero.
Todo ira bien.
Sólo es tiempo.
Tiempo.
Sola…

Todo habrá merecido la pena cuando te hayas ido, porque ha merecido la pena que estuvieras junto a mi.