Añoro el rojo encendido de tus labios.
Adoro comer fresas y frambuesas de tus manos. Acostumbrar mi boca al fruto rojo y dejar que se funda. Fresca, jugosa, tan apetecible como tú.
Ver crecer los brotes de las rosas rojas en el jardín. Y el rojo de mi sangre en sus espinas. Ese dolor necesario para florecer.
El naranja de los atardeceres. La calidez de tus abrazos. El crepitar del fuego. Tu figura y la mía enredadas en las sombras proyectadas en el techo. La luz de tus ojos ámbar, reflejados en los míos. El romanticismo de color de otoño.
Nostalgia del verano en amarillo. Polos de limón, margaritas de síes y noes. Mentiras aceleradas, tendencias lentas. Conceptos llamativos, secundarios, asombrosos o escandalosos. Días llenos de peligros que amenazan. El calor del sol sobre nuestros cuerpos desnudos. Mi capacidad de verte, contemplarte y comprender.
Mares helados. Playas repletas de gentes. Ilusiones que flotan. La belleza del agua. El reflejo del cielo. El azul de tu planeta. La lluvia azul que nos despierta. La tranquilidad animal, la paz en tu sonrisa, la confianza en tus abrazos. La inocencia azul. El poder azul.
Intuir con mis ojos verdes y hacer balance. Pisar la hierba fresca. Deslizarme hasta el inicio de tus pupilas, buscando un rastro de magia. Tropezar y caerme y rodar. Dejarme caer y levantarme con tu ayuda. Pelear por volver a ser. Pegarme a tus abismos y buscar contigo la paciencia, el amor, la amistad. Esmeralda cegadora imposible de tallar.
Colorearnos en índigos. En la riqueza del juego. En el vuelo de la alegría. Entre tu intuición y mi imaginación que nos hace ver mas allá de nuestros pies, percibir los mundos libres y auténticos. Superar los miedos juntos, salir de la obscuridad, abrir las ventanas al mundo y mirar lejos. Teñir el aire de colores de universo. Cariñosos milagros en los balcones desnudos y olvidados.
Y entre el rojo y el azul, la belleza oculta de los sentimientos. Mezcla de mi masculino y tu femenino, nuestros contrarios soñadores que persiguen lo perfecto. Tu efecto calmante y mi ira encendida. Mi control contenido y tu lujuria que excita los sentidos. La tinta del nomeolvides que echaremos de menos.