Echo de menos cuando perdías un minuto para ganarlo conmigo.
Cuando la madrugada te saludaba en mi puerta y te tomabas tu tiempo para estar. Todo tu tiempo a favor.
Nunca era tarde y nunca se hacía tarde. Cada segundo apetecía y sumaba.
Echo de menos tu aroma en mi almohada, el calor de tus pies en mis pies fríos, mi cintura en tus brazos.
Empiezo a no entender.
Sigo sin entender.
Pregunto demasiado y me pregunto demasiado.
-Cuando deje de ser divertido dejaremos de estar juntos-
Imposible, y cada vez más real.
Suele pasar… A mí me sigue pasando. 🙄😘
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