vacío

Sumergida en el río de gentes, entre apreciaciones y disgustos, voy bordeando el camino de la sonrisa permanente, manejando y pasando por alto los diretes de quien no sabe, ni te quiere.

Vuelvo los ojos atrás y proyecto hacia adelante sabiendo que ésta es la mía, que debo compensar lo perdido, dejar ir y no juzgar a quien mal te quiere.

Despierto el día con placeres olvidados, imagino primeras visitas, reconquisto minutos al tiempo. Mas preocupada de mi que de experiencias pasadas. Sabiendo que esta vez si. Que aún queda mucho, que no acaba aquí. Mas corto y menos doloroso.

Los discretos los quiero a mi lado. Los que no preguntan, los que confían. Los que saben reconocer mentiras, y los que se alegran por que, otra vez, gano yo.

Me viene a la cabeza levantar dedos medios y vuelvo a crecer. Me llevo lo que quiero de los momentos vacíos y creo mi propio habitat donde crecer, progresar, ser grande, sin necesidad de que nadie me lo diga.

No quiero adolescencias tardías, ni zancadillas baldías, ni sensaciones de precipitarme al vacío.

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