MOMENTOS

Hay momentos en los que lo que mas te apetece es estar sola.

Son esos momentos en los que todo lo que te rodea te aísla, en los que sientes que tu cuerpo se bloquea, en los que no encuentras salidas.

Momentos en los que gran parte de lo que has construido se vuelve en tu contra y tienes esa sensación de vértigo, de pérdida, de desconsuelo, de pena.

Hay otros momentos en que lo que mas te apetece es estar sola.

Y son momentos que buscas con pasión, que quieres aprovechar para crearte a ti misma, para crecer, para conocer tu interior, para disfrutar contigo.

Son momentos en los que nada te interrumpe, en los que el sol busca acariciar tu cara, en los que cualquier cosa es un regalo, en los que quieres disfrutar.

Pero hay momentos en los que lo único que te apetece es estar sola.

Son momentos de amargura, de no encontrar el camino, de puertas cerradas, de sonidos apagados, de cuentos inacabados, de pesar.

Momentos en los que las lagrimas acuden a tus ojos, en los que no encuentras consuelo, en los que nadie está para consolarte.

Sin embargo hay momentos, en los que lo único que te apetece, es estar sola.

Y son momentos de paz, de retiro elegido y compartido con tu alma, de recodos del camino, de lecturas incompletas, de dejar de hacer, de dejar de pensar, de dejarte llevar.

Momentos de brisa fresca, de pies descalzos sobre la hierba, de encuentros inesperados con sentimientos de amor.

 

Hay momentos de angustia y desesperación y momentos de alegría y esperanza.

Hay momentos de pérdida, de se acabó, y momentos de aquí estoy, de cuándo empiezo.

Hay momentos de porqué debo seguir aquí, de necesito volar y momentos de aquí es donde quiero llegar, de tengo los pies en la tierra.

Hay momentos en los que lo único te apetece es estar sola y hay momentos, en los que lo único que te apetece, es estar sola.